Aunque existen ciertas diferencias entre hidratos de carbono, azúcares y glúcidos en este post los vamos a englobar todos en uno, los llamaremos (glúcidos).
En todas las dietas para bajar de peso se tiende a eliminarlos casi por completo, pero es un grave error eliminarlos del todo.
Sin profundizar en demasiados tecnicismos, digamos que al
digerir un glúcido lo que obtenemos es glucosa, que está libre en
sangre, esto es a lo que llamamos azúcar en sangre. Cuando hay un nivel alto de glucosa en sangre el páncreas segrega una hormona llamada insulina. La insulina recogerá la glucosa, la transportará y la almacenará en el cerebro, hígado y músculos. La forma en la que la glucosa se almacena se llama glucógeno.
El glucógeno es esencial en el organismo ya que su función es energética, es la principal fuente de energía del cerebro y el principal combustible celular tanto aeróbico como anaeróbico.
Es por esto que un hígado medio puede almacenar unos 140 gr de glucógeno, para tener una reserva energética, pero debemos tener en cuenta que esta reserva solo durara aproximadamente 24 horas si no ingerimos alimentos.
Otro dato a tener en cuenta es que si no ingerimos glúcidos, el cuerpo destruirá la masa muscular para convertirla en glucosa y ya hemos mencionado en el post anterior La importancia de las proteínas en la alimentación y lo perjudicial que puede ser perder masa muscular.
Otro tipo de glúcido es la fibra que aunque no tiene valor energético ni nutricional, ayuda entre otras cosas a limpiar nuestro intestino.
Al igual que pasa con las proteínas y las grasas, no todos los glúcidos son iguales, así que pondré
otro post en el que explicare más a fondo cuales se deben comer y cuales se
deben evitar.
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